¿Cómo podemos exigirles a familias vulnerables que sus hijos acudan regularmente al colegio o que tengan un buen rendimiento escolar….. si no cuentan con unos mínimos que le garanticen algo tan básico como el alimento, una vivienda, unos suministros mínimos básicos o unas condiciones dignas de vida?
¿Cómo podemos hablar de Estado del
Bienestar teniendo un alto índice de pobreza?
¿Cómo se atreven algunos o algunas a
hablar de libertad y confundir a la sociedad, diciendo que la libertad consiste
en tomarse una cerveza en una terraza, cuando hay personas en barrios, como la
Cañada Real, que tienen dificultades para poder tener tres comidas diarias?
¿Se han fijado que cuando salimos de
los plenos tarde y pasamos o quedamos en la Plaza de Opera para cenar, hay
conciudadanos haciendo cola para coger una bolsa de comida para cenar esa
noche?
¿Se han fijado? ¿Se imaginan que ustedes o algún familiar suyo tenga que hacer esa cola para comer?
¿No creen que se nos debería caer la cara de vergüenza a todos de ver a nuestros conciudadanos en esa situación, y más a nosotros como representantes políticos, que tenemos la obligación de buscar soluciones para que eso no pase?
¿Ustedes piensan que a una persona que
lo está pasando mal y que no tiene ingresos, le importa quien gestione o le
page la ayuda, ya sea el Estado, la CC.AA o los servicios sociales comunitarios?
Pues no, esas personas están esperando
que se les ayude, da igual quien lo haga: El gobierno central, la Comunidad
Autónoma o los servicios sociales municipales.
Y hablando de competencias, lo que realmente es preocupante, es que mi Comunidad Autónoma, Andalucía, azotada por la vulnerabilidad y tener una población en riesgo de pobreza de las más altas de España, en lugar de tardar 2 meses (tal y como dice la norma) tarde 2 años en reconocer la Renta Mínima de Inserción social, ¡ESO ES LO QUE LES PREOCUPA A LOS ANDALUCES, LO QUE NOS PREOCUPA A NOSOTROS Y LO QUE LE DEBERÍA PREOCUPAR A MORENO BONILLA!
Así que dejémonos de debates que alejan a los ciudadanos de la política y centrémonos en buscar soluciones. Centrémonos en mejorar la vida de los españoles, en ayudar a que nadie tenga que pedir ni ponerse en una cola. Centrémonos en diseñar políticas para construir una sociedad más humana y más justa.
Hemos construido nuestro estado del bienestar con pilares dirigidos a garantizar una formación educativa que permita la igualdad de oportunidades, a prestar una sanidad pública que garantice unos niveles óptimos de salud para toda la población, hemos garantizado unas pensiones dignas para las personas al final de su etapa laboral, pero el pilar de los derechos sociales no contaba como un despliegue óptimo. Hoy, sin embargo, ponemos el foco en los más vulnerables, creamos una herramienta que les permitirá salir de esa situación, establecemos un nivel mínimo nacional de rentas, hoy construimos una sociedad más humana, más social, más justa y más equitativa.
Tal y como Maslow establece en su famosa pirámide las prioridades de las necesidades humanas; la sociedad también deberíamos construirla y consolidarla sobre una base sólida que cubra las necesidades básicas del Estado, para una vez cubiertas, seguir aumentando y completando estas prioridades para poder llegar a alcanzar un bienestar social real e idóneo.
Porque la finalidad de esta medida no
es dotar con una prestación económica, exclusivamente, a las familias; la
finalidad principal es poder sacar de la pobreza y de la exclusión social a
millones de españoles. Es poner un peldaño más a esas personas que tienen
dificultades para salir de la espiral de la pobreza, es una medida con la que
intentar garantizar que todos y todas las ciudadanas de nuestro país cuenten
con un mínimo de ingresos que les permita vivir dignamente y estrechar las
desigualdades sociales existentes.
Pues bien, como decía al principio, hay debates importantes, debates transcendentales en las Cortes Generales de nuestro país y hoy es uno de esos días, porque con nuestro voto, hoy creamos un nuevo derecho para todos y todas las españolas, un derecho que corrige las desigualdades, un derecho que pretende erradicar la pobreza, un derecho para los más vulnerables, un derecho que fortalece nuestro Estado del Bienestar, un derecho para una sociedad más justa.
Decía el cineasta Javier Fesser cuando
le preguntaron por su documental “el monstruo invisible” (el cual les
recomiendo) que “lo contrario de la pobreza no es la riqueza; lo contrario de
la pobreza, es la justicia social”
Y yo añado, “el ingreso mínimo vital es justicia social”
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