Tomé posesión en 1991 (hace 30 años) y os puedo asegurar que ya desde entonces se cuestionaba sí íbamos a tener pensiones en el futuro…, vamos la primera que pregunta que me hacen cada vez que digo que soy funcionario del INSS es esa ¿vamos a tener pensiones cuando nos jubilemos?
Buenos, pues, la respuesta nos la ha dado el tiempo, ya que, con el paso de los años, no sólo se ha mantenido el sistema intacto, sino que además se han ido aumentando las contingencias protegidas.
Nuestro sistema público de pensiones resiste porque se adapta y lo hace a través de un procedimiento que nos hemos marcado para reformar las pensiones. Siendo la única materia en la que su procedimiento de modificaciones conlleva cierto parecido a lo que podría ser un gran Pacto de Estado.
- Existe una comisión específica, permanente y no legislativa en el Congreso donde se acuerdan, cada 5 años (o así debería ser), unas nuevas recomendaciones a introducir en el sistema para ir adaptándolo a las necesidades actuales y futuras.
- Posteriormente se acuerda en la Mesa de Dialogo Social, con los agentes sociales y las organizaciones empresariales, la implementación de estas recomendaciones.
- Para definitivamente, abordar su tramitación parlamentaria.
Este método proporciona transparencia, robustez y longevidad a los acuerdos alcanzados sobre esta cuestión tan importante para millones de españoles.
Tras diez años sin acuerdo, por fin, se ha logrado consensuar unas recomendaciones en el seno del Pacto de Toledo, que posteriormente, fueron refrendadas por los agentes sociales y por el Congreso de los Diputados.
Por
tanto, este es un proyecto de ley que
nace del consenso; es fruto del esfuerzo de las aportaciones y de la
generosidad de un amplio espectro de fuerzas políticas y sociales.
La sostenibilidad del sistema se puede afrontar de dos maneras muy distintas:
- Una, la del Partido Popular, recortando, provocando que los pensionistas pierdan poder adquisitivo cada año, con subidas de las pensiones por debajo del IPC y con el factor de sostenibilidad, ambos mecanismos suponían en 20 años una pérdida acumulada del poder adquisitivo del 40% de la pensión para una pensión media. Y yo me pregunto: ¿Es razonable que alguien que se jubila con una pensión de 1000 euros acabe veinte años después ganando 600 euros? Eso no se llama sostebilibidad, se llama recorte.
- La segunda opción, la que estamos poniendo en marcha los socialistas, aumentando los ingresos, por un lado, separando las fuentes de financiación, para que los gastos impropios no se abonen con cotizaciones sociales y por otro poniendo en marcha el mecanismo de equidad intergeneracional que plantea una cotización extraordinaria y finalista para aumentar el fondo de reserva de las pensiones y hacer frente a la llegada de la jubilación del babyboom.
Por cierto, un fondo de reserva de pensiones que en 2011 los socialistas dejamos en 67.000 millones de euros.
Un dato: Entre 2012 y 2017 el Gobierno del PP sacó 84.237 millones de euros.
Cada vez que analizo este asunto me sigo cuestionando, si no lo hicieron ustedes a posta para dañar y quebrar el sistema.
Además, esta reforma, se basa en el principio de contributividad, y aquí, hay que destacar los datos de afiliación, que también son muy positivos:
- Los ingresos por cotizaciones sociales de 2021 superan el nivel prepandemia.
- En noviembre el número de afiliados a la Seguridad Social se situó en 19.771.613 personas. Se supera en 291.799 personas la cifra de ocupados de febrero de 2020, mes previo al inicio de la crisis sanitaria por la COVID 19.
- El paro en noviembre vuelve a bajar, y ya son nueve meses consecutivos.
Esto supone que el 90% del gasto en pensiones se estaría financiando con cotizaciones, prácticamente el doble que la media de la Unión Europea, con lo cual, tenemos un sistema fuertemente contributivo y solvente.
Lamentablemente la derecha no apoyó este Proyecto de Ley y sigue creando alarma con respecto a la sostenibilidad del sistema y crispación parlamentaria.
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