Hasta el 2022 las pensiones subían de acuerdo con una ESTIMACIÓN de la subida del IPC que hacía el Gobierno; es decir, en 2021 el gobierno estimó que la inflación sería del 0’9% y las pensiones subieron ese porcentaje.
El problema venía cuando la inflación se disparaba y el IPC acababa subiendo más de lo estimado. En ese ejercicio el IPC llegó hasta el 5,5% y finalmente el IPC medio fue del 2’5%.
La paguilla se abonaba en un pago único por la diferencia entre la subida real del IPC (2,5%) y la estimada por el Gobierno (0,9%). De ahí que en enero de 2022 se abonara la diferencia del 1’6%. Sin embargo, durante todo el 2021 los pensionistas tuvieron que hacer frente al encarecimiento de la vida que se estaba dando.
En el 2023 el cálculo de actualización de las pensiones cambia, y la revalorización de las pensiones se calculará con arreglo al IPC real, teniendo en cuenta la inflación interanual media entre diciembre de 2021 y noviembre de 2022 (8,5%).
Por tanto, deja de hacerse una estimación orientativa, y la subida se hace teniendo en cuenta una cifra real que va acorde a lo que hayan subido los precios y no por lo que se crea que van a subir.
Con este nuevo sistema, el pensionista no verá mermado su poder adquisitivo.
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